jueves, 20 de diciembre de 2012

Función de despedida

Y ahora mismo, mientras escribo esto en el bar que está a dos cuadras de mi casa, me doy cuenta de que estamos en problemas. Porque a mí me gustaste desde el momento exacto en que te vi, eso nunca estuvo en duda. Pero, y esto es lo que realmente me sorprende, inexplicablemente, sin hacer demasiado esfuerzo, diciéndote tres boludeces, yo también te gusté.

¿Y ahora qué hacemos? Si ya no me importa saber a qué hora juega River, ni discutir de política, ni andar a las corridas de un lugar a otro, y entrego cualquier revolución por un pochoclo grande y dos cocas medianas en un cine un sábado a la noche. Qué hacemos si ya estoy pensando en números binarios, en dónde pasar las vacaciones, en planes al cuadrado.

Y sin saber cómo seguir con todo esto es cuando llego a la conclusión de que uno escribe para remover recuerdos, para cerrar heridas. Para repasar viejos errores, pero también para aprender a no volver a repetirlos. Creo que uno escribe para soñar mundos mejores, pero sospecho que cuando te enamorás, dejás de escribir, porque te dedicás de lleno a hacerlos posibles.


(Nota: Esta sería una muy buena forma de terminar el blog. Pero no, todavía no estoy en problemas).

lunes, 17 de diciembre de 2012

Bujías & motores

Se podría llegar a decir que estar en pareja es como comprarse un auto.

A veces te toca la suerte de tener un modelo nuevo, con poco kilometraje, recién salidito de la concesionaria, lleno de ese aroma que lo hace tan único, de esos que no hay que hacerles nada y andan solos. Nunca te deja a pata, nunca un plantón, nunca un llamado desde el teléfono público que está sobre la Panamericana para que la grúa te saque de la autopista. Nunca nada de nada. Pero ojo, la perfección puede tornarse previsible y aburrida, es muy probable que casi no lo tengamos en cuenta, ya que ahí no existen los focos problemáticos.

Otras veces el modelo que tenés es muy viejo y cachuzo, la guita no daba para más y te dijiste lo uso este año y después lo cambio. El aire siempre es espeso y cargado, porque el auto sabe que la situación no da para más, y vos también sabés que así la cosa no va. Pero no te decidís a dejarlo, por cariño, por costumbre, por el recuerdo de tantas aventuras juntas. Queda, todavía, la estela de un pasado grandioso, lleno de dicha y armonía.

Pero el auto copado copado es el que no es ni muy nuevo, ni muy viejo. Un auto, ponele, con cinco años de uso, con sus mañas totalmente identificadas, con los chiches que uno le fue agregando con el tiempo, con lo que le pudo ir haciendo. Eso sí, siempre controlando el cambio de aceite, haciendo el service correspondiente, ocupándose de tenerlo listo para cualquier inconveniente. Un auto que puede tener sus días, pero que siempre va para adelante, atravesando juntos la ruta hacia el lugar que quieran. Sin apuro, relajados, la mejor manera de vivir.

¿Por qué sé tanto de mecánica? La verdad que ni idea. No tengo auto, ni está en mis planes comprarme alguno. Yo soy muy bueno combinando trenes, subtes y colectivos.

jueves, 13 de diciembre de 2012

Auriculares compartidos

Desde 1993 hasta el 2007 usé diferentes modelos de walkman. Los primeros eran negros, los últimos ya venían en la gama de gris con un par de stickers que le daban un poco más de onda. Para no gastar pilas en retroceder un lado del cassette me había convertido en un experto en rebobinar, gracias a un sistema, que era por aquel entonces, innovador: consistía en juntar las dos manos y mover rápidamente mis dedos, si me mirabas de frente parecía que estaba rezando. Al comienzo usaba auriculares grandes, con esas vinchas que te cruzaban toda la cabeza (que ahora volvieron a estar de moda) pero desde el '95 siempre usé los auriculares chicos que se te incrustan en el oído y que te permiten escuchar de a dos. Grabada mucha música, de la radio, de los cd's que pasaba a cassette en el centro musical que estaba/está en el comedor de la casa de mis viejos.

Lo primero que hacía cuando me gustaba una chica era hacerle escuchar lo que tenía en mi walkman. No sé bien por qué, tal vez porque no sabía de qué hablar, no sabía qué contar. Creo que era una forma de mostrarle qué cosas me gustaban, qué era lo último que había descubierto, la excusa para que me diga algo, una forma de evitar silencios incómodos, para que no se aburriera y se vaya. No lo sé.

De todo esto me había olvidado hasta que el otro día me acercaste tu celular y empecé a escuchar el comienzo de un tema de Coldplay. Me hiciste acordar que yo antes hacía lo mismo. Espero que sea por el mismo motivo.

lunes, 3 de diciembre de 2012

Sobre maestros y discípulos

Hace un tiempo atrás el señor D fue el maestro del señor N

Fue su mentor. Su Shifu, su Qui-Gon Jinn, su agente K, su Ra's Al Ghul, su Morfeo, su Sri Sri Ravi Sankar, su Eddie Felson, su Roshi, su Mickey Goldmill, su Chazz Reinhold, su señor Miyagi.

Depositó en él todas sus enseñanzas: sus tácticas, sus silencios, sus atajos, sus errores de sistema, sus trampas, sus salidas de emergencia, sus estrategias más efectivas. Lo programó con paciencia para saber esperar. Lo llenó de preguntas indicadas para usar durante el trascurso de una cena. Le brindó una guía de respuestas correctas para cada momento específico. Le regaló su modo de ver todo un mundo, de entender los secretos de un universo incomprensible.

Después de meses de arduos entrenamientos, de caminatas interminables por el medio del bosque, de charlas explicativas, de días enteros bajo el sol del verano, de gráficos y proyecciones, de ejercicios sin (aparente) sentido, de levantarse todas las madrugadas para correr por el campo, de ritos e iniciaciones lo dejo listo para comenzar con sus funciones.

Pasó el tiempo.

Cuando el señor D puedo observar los resultados preliminares de sus primeras incursiones en oficinas, cumpleaños, bautismos, casamientos, boliches, bares y lavanderías. Cuando se dio cuenta que su legado quedaba en buenas manos, decidió rendirse y abandonar todo. Fue el momento en que el señor D se enamoró. De dar comienzo a una nueva aventura, con mayores riesgos, con más peligros, sino, me pregunto, qué otra cosa tiene mayor vértigo que querer tener un proyecto de vida con una señorita.

Mientras tanto, el señor N sigue mostrando una estadística impecable. No crece el pasto por donde pisa. Pero me parece que él, también, ya busca nuevos desafíos.

jueves, 29 de noviembre de 2012

Reflexiones celulares

Mi celular casi no recibe llamadas. Es mejor así, porque cada vez que suena me asusto un poco. No tiene internet, aunque podría pedir, pero sé que estaría pendiente todo el tiempo del teléfono. No lo uso para sacar fotos con el instagram. Suele estar siempre en los mismos lugares: debajo del monitor de la computadora del trabajo, en el bolsillo del morral o sobre la mesa de mi casa. Obviamente, lo uso como despertador, y cada tanto, escribo algunas ideas en el bloc de notas. Bloc que, además, uso para anotar la lista del súper, direcciones a donde tengo que ir, cosas que tengo que pasar a retirar, películas que quiero ver, y cualquier dato o duda que se te ocurra. Tiene una particularidad: los últimos cuatro números de la línea son el día y el mes de mi cumpleaños.

-¿Qué hacés? ¿Pasó algo? -dije tirado en la cama.
-No me llamó. Salimos el lunes y no llamó, ni un mensajito, ni nada.
-¿Qué día es hoy?
-Miércoles.
-Esperá.
-¿Esa mierda tenés para decirme?
-¿A mí me preguntás sobre mujeres?
-No sé si llamarla yo, si hacerme el que no pasa nada, que está todo bien.
-Llamala entonces.
-Me parece que da muy desesperado.
-Entonces no la llamés -soy bastante panqueque dando consejos.
-Pero va a pensar que no me interesa.
-¿Y vos qué querés hacer?
-No sé...

Nos quedamos en silencio. El señor D angustiado en su indecisión, yo mirando el techo. En medio de una reflexión paralela, él viendo qué hacía, yo pensando qué podía comer, me dijo una de las mejores frases que escuché en mi vida:

-“El barco del galán no flota en el mar del amor”.

Y tiene razón.

sábado, 24 de noviembre de 2012

Volver al pasado

Bajabas por las escaleras del patio. Pelo atado, guardapolvo cuadrillé, medias y topper blancas. Yo de guardapolvo azul francia, las rodillas lastimadas y un flequillo, paralelo a la línea de las cejas, de sorprendente perfección. Vos charlabas con tus compañeras. Yo me golpeaba y empujaba con los míos. Escuchabas atenta todo lo que te contaban, yo era un festival de granos que te miraba desde la otra punta del recreo.

-Esa que esta allá me parece linda.
-¿Cuál? -preguntó intrigado uno de mis compañeros más fiables.
-Esa. La que está parada allá.
-¿Te parece?
-Sí, tiene algo, no sé...
-¿Querés que le digamos algo?
-...
-¡Dale! Le podemos dar a entender, con mucha cautela y discreción, que a vos te llama la atención.
-...
-Dejalo en mis manos.

El trabajo de inteligencia amorosa duró, aproximadamente, tres minutos. El tiempo que le tomó a mi espía ir hablar con una chica de mi curso, ella ir a hablar con un chico del otro curso, ese chico hablar con una amiga tuya, que fue la que te contó que de este lado del patio había un nabo al cual le parecías linda. Todo el proceso se repitió, pero en sentido inverso, y para el final del recreo ya había una respuesta:

-No le gustás. 


En septiembre del '92, en cambio, a mí sí me gustabas. Tenías algo en la mirada que nunca pude poner en palabras. Por eso todavía no pude escribir algo que sea un reflejo fiel de la sensación que siempre fue verte. 

Hace poco te vi en una foto. En tus ojos seguía dando vueltas eso que no sé descifrar. Me di cuenta que, para algunas cosas, el tiempo no pasa.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Programa de investigación

Filósofos, psicólogos, matemáticos y meteorólogos dedican su vida a comprender los misterios de la vida. Millones de dólares se gastan en investigaciones, conferencias, becas y congresos. Todo eso para fijarse si hay vida en otros planetas, para ver si te podés tirar en paracaídas desde la estratosfera y no estrolarte contra el piso, para reconstruir las condiciones al instante posterior de un choque de frente de dos protones a la velocidad de la luz. Pero no hay ningún estudio que me de una respuesta certera para adivinar si la charla que estamos teniendo en un balcón de Tigre puede terminar en una salida.

Igual pensándolo un poco mejor está bien que sea así, que todavía haya cuestiones que escapen a la racionalidad iluminista, a los tubos de ensayos, a los experimentos.

Es por eso que averiguo tu celular. A la comunidad científica el asunto no le importa. Marco tu número de teléfono. Ellos siguen buscando la forma de que los aviones vuelen más rápido. Suena una vez. Se fijan qué pasa si se mezcla potasio y aceite en el motor de un auto. Suena otra vez. Escriben monografías, las publican, se responden, se pelean. De repente, el silencio y tu voz. “¿Hola?”.

Comienza mi investigación.

viernes, 16 de noviembre de 2012

Sumando méritos

Una madrugada de invierno volvía de un bar de Palermo. Vi movimientos raros en la despensa que está frente a mi casa. Subí. Me acerqué a la ventana. Era lo que pensaba: estaban robando el negocio. Durante el día lo atiende una pareja joven que vive lejos. Llamé al 911 y di aviso a la policía. Llegaron justo cuando tres tipos estaban metiendo las cosas en el baúl del auto. Tuve que ir a declarar a la comisaría y después al juzgado. Nunca les dije a los dueños que yo había hecho la denuncia.

Una noche de otoño entraba a mi casa. Me crucé en el hall con un papá y su hijo de un año, que intentaba dar sus primeros pasos. El padre, inexperto, lo seguía con la mirada, un poco lejos para mi gusto. De repente, el bebé pierde el equilibrio y se va de espalda. Todavía no sé cómo, tal vez con los reflejos que me quedaron de mi época de arquero de handball, me tiré al piso velozmente y acostado estiré la mano para amortiguar el impacto de su cabecita contra el piso.

Estaba en el chino y era primavera. Compraba un vino para ir a comer con los chicos. Llegué a la caja y pagué con 50 pesos. El oriental me dio el vuelto pensando que le había pagado con 100. Le dije que no, que se estaba equivocando. No me entendió, me quiso dar la plata igual. Me negué otra vez. Se enojó. Medio, medio, que yo también, pero igual no acepté su vuelto. Fastidioso llamó al encargado. Vino el mediador, expliqué la situación por tercera vez y, por suerte, él entendió. El cajero pasó del enojo a la felicidad. No debe estar bueno vivir fuera de tu país y encima no conocer el idioma. Me fui con la convicción de que mis viejos me habían educado bien.


Este año me pasé de ser bueno y atento. A ver si el programa de puntos del cielo me computa todas las buenas acciones y me regala algo lindo* para fin de año y poder disfrutar del verano.

(*Por “algo lindo” entiéndase una chica, de esas que son copadas y te alegran el día).

martes, 13 de noviembre de 2012

Concurso cronológico

Mira a cámara y de impecable ambo gris dice:

-Sin repetir y sin soplar, nombres de las chicas que te gustaron desde que tenías
5 años hasta la actualidad, comenzando... ¡YA!

-Alejandra. Paola. Soledad. Ana Clara. Lorena. Pamela. Juliana. Cecilia. Sole... mmm... ¡Paola! Mariela. Sol. Andrea... Cintia. Edith. Laura... Gaby... Verónica. Soledad. Anita... ehh... mmm... Laurita. Lucila. Victoria. Sonia. Julieta. Ana. Flavia. Gabriela. Cecilia. Natalia. Ba... ¡¡¡RING!!! na, Eugenia. Mery. Mariane...

-Tiempo, tiempo, tiempo. Lamentablemente se acabó el tiempo, los últimos cuatro nombres no valen... bueno, un poco enamoradizo el participante del 5to B... ¿cuántos puntos hizo, escribano? ¿Hay dudas? y sí, la verdad que dijo muchos nombres. El jurado delibera, sigue habiendo dudas, hay muchos nombres repetidos, a ver, a ver... ¡la cinta, gonzalito!

lunes, 5 de noviembre de 2012

Guerrero de la noche

Mis zapatillas, mi jean, mi saco y mi cabeza quedaron sorprendidos al ver el accionar del señor N en medio de la pista. De izquierda a derecha su cuello giraba en un movimiento firme y constante de 180 grados. Me daba miedo. Parecía una de las naves que, en medio de la noche, atravesaban el apocalipsis en la película Terminator. Encontró dos presas, me las señaló, y sin mirarme, comenzó a caminar y empezó su trabajo.

Fue por una, después por otra. Para encarar a una y generar todo su interés decidió irse directamente sobre la otra. Los vi charlar animada y borrosamente, porque se cruzaba mucha gente. Me fui a buscar un fernet. Cuando volví, seguía hablando con la otra, ante la atenta mirada de una, que sin haberse dado cuenta ya había caído en la trampa.

No me acuerdo cómo siguió su estrategia de seducción, pero le fue bien, tiene un alto porcentaje de efectividad. Yo me ocupé de seguir tomando, es lo mejor que sé hacer de noche. Yo ya no encaro, no sé si por tanto rechazo, por miedo a que me vaya bien, por fiaca o porque me aburre contarte las cosas que hago, de qué trabajo y de que todas las semanas escribo lo que veo en un blog.

miércoles, 31 de octubre de 2012

Pasos marcados

Tus ojos en los míos. En el piso de madera nuestros zapatos juntos. Tomo tu espalda, agarro tu mano y abro con el pie hacia la izquierda. Con simulada autoridad te marco el camino, manejo tu destino por tres minutos. Mi pie derecho toca el pie izquierdo y avanza dos pasos. Busco oxidadas melancolías para verme triste, serio y concentrado. 

Pausa. Espero.
Miro alrededor. 
Veo parejas moverse torpemente, igual que nosotros.

Siento tu respiración sobre mi pecho. Mi pie derecho avanza una vez más y el izquierdo lo sigue. Soy el encargado de cuidarte de choques y golpes. Mi pie izquierdo toca el pie derecho y volvemos hacia el centro. Nuestros zapatos juntos en el piso de madera. Nos miramos con nostalgia de arrabal, mientras escuchamos terminar el último tango.

martes, 23 de octubre de 2012

Teoría de la inflación

Sucede más o menos así: cuando apenas lo ves entrar te gusta de inmediato, tiene algo que no podés poner en palabras pero que te atrae de manera alocada. Ideal para llevarlo a comer el domingo a lo de tus viejos, para ser la envidia de tus amigas. Sin cruzar palabra alguna, lo imaginás como una persona interesante, de profunda sabiduría, de silencios reflexivos, de extinguido romanticismo.

Lo empezás a inflar.

O tal vez, al revés: un amigo te cuenta de una chica que está soltera hace un tiempo. Te dice que estudia, trabaja y vive sola. Que tiene la ductilidad para ir a un desfile de moda y, a la vez, clavarse unos panchos en Coquito sin ningún problema. Además, comparten gustos musicales. Piensa tu amigo que podría llegar a andar. Sin conocerla, la idea te entusiasma bastante, es la chica que estabas buscando.

La empezás a inflar.

A veces los encuentros llegan a buen puerto, a veces quedan en nada, a veces no pasan de una primera cita. Quién sabe. 

Esta situación en psicología se llama proyección*. Yo prefiero cambiar la palabra y explicarlo distinto.  


(*La utilización del concepto es tomado de la Gestalt. Si me estoy equivocando feo, me avisan y reescribo el final).

jueves, 18 de octubre de 2012

Efectos colaterales

Con la excusa de conocerte me anoté en cada curso, clase, seminario o cine debate que me despertara un mínimo interés. La idea inicial era simple: conseguir algún número de teléfono, alguna salida auspiciosa.

A medida que pasaron los meses aprendí a tocar mejor la guitarra, a ganar elasticidad y coordinación con el cuerpo, a cantar cada vez con mayor registro vocal, a convertirme en un asiduo lector, a escribir un poco mejor, a corregir algunos acentos que antes se me escapaban, a entender el intrincado cine de Fellini.

El plan no arrojó resultados alentadores: no te vi por ningún lado.

Pero mientras más pasa el tiempo es probable que te encuentres con la versión más lograda de este pibe despeinado y pachorriento que siempre fui.

martes, 9 de octubre de 2012

Confesiones inconfesables

Me gusta mucho el arreglo inicial del tema El alma al aire de Alejandro Sanz. El coro que se mezcla con la voz de él en la segunda estrofa está bueno dije, y me quedé en silencio. Vos me miraste sorprendida, con el rostro un poco torcido por la incredulidad.

También podría haberte dicho que el tema número 4 del disco Aries de Luis Miguel está muy bien y que ese, seguramente, sea su disco de estudio más logrado. O que una de los mejores canciones de Ricky Martin se llama “Gracias por pensar en mí del álbum Vuelve del año 1998. Pero preferí callar, tampoco es cuestión de andar brindando tanta información confidencial de buenas a primeras.

¡Ojo! Hubo tiempos en que escuchaba a Viejas locas, La renga y Los piojos. Tomaba cerveza en la esquina con los muchachos e íbamos a Obras. Pero del rock, tarde o temprano, te tenés que ir, no te podés quedar mucho tiempo, y más cuando aparecen bandas como El bordo o Jovenes pordioseros, en esos casos creo que el rock te está firmando el pase de salida obligatorio.

Lo que no sé bien es por qué terminé escuchando tanta música destinada a chicas. Lo que si te puedo decir, en mi defensa, es que si te sacás un poco los prejuicios te podés llegar a dar cuenta que, en la mayoría de los casos, suele ser música bien hecha.

O tal vez es más simple: me gusta esa música para poder decirte lo que te dije, para que me mires cómo me miraste, y yo pueda empezar a preguntarte algunas cosas, y vos te sientas en confianza para poder contarme otras.

martes, 2 de octubre de 2012

Batallas dialécticas

En medio de la reunión argumentaba, justificaba, criticaba, discutía. Explicaba mi nuevo favoritismo por el que antes tildada como “el muerto” de Messi. Me engranaba en defensa de las políticas de inclusión social. Intentaba negar de mil maneras diferentes las frases que no dije en anécdotas totalmente cristalizadas.

Defendía con uñas y dientes cada uno de mis argumentos, pero la verdad es que, muy en el fondo, no me importaba tener razón.

Yo sólo trataba, mientras vos tomabas vino y te reías con tus amigas, de ver si con mi retórica lograba robarte una sonrisa, incautarte una mirada, un poco de atención, la luz que genere una esperanza.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

En los genes

Esperó el momento en que no estuvieran tan ocupados para acercarse a ellos. Les pidió que lo acompañaran a un costado de la fiesta, que quería decirles algo. Durante la semana estuvo pensando qué regalarles, pero nunca supo bien qué. Es por eso que abrió la funda, sacó su charango, y comenzó a tocarles una canción, una canción de amor. Cuando terminó los felicitó por su reciente casamiento, por el bebé que venía en camino y decidió darles lo que más quería: el instrumento que siempre lo acompañó.

A mi abuelo no lo conocí. Al poco tiempo de nacer él ya no estaba. Me contaron que era muy alegre, demasiado simpático y un poco galán. Cuando fui creciendo lamenté su ausencia, porque estoy seguro que con él hubiese aprendido a cantar y tocar la guitarra mucho antes. Pero como las inquietudes te quedan dando vueltas pude aprender de todos modos.

Por todas esas cosas que heredé de él es que mañana subiré al escenario a cantar, como un viejo cantor, a cantarle a él, que aunque no lo conocí, siempre lo recuerdo.

(El charango está en el living de la casa de mis viejos, esperando que algún día alguien se anime a tocarlo de nuevo, sé que no falta mucho para que eso suceda).

jueves, 20 de septiembre de 2012

No fuiste vos

No fue tu sonrisa, ni tu cabello. No fueron tus ojos, ni tu escote.
No fue ninguna de esas cosas lo que me llamó la atención de vos.

Fueron tus manos y la manera de utilizarlas lo que me cautivó.
La forma de crear dibujos en el aire, de ilustrar cada aventura.
Sus ganas de contarme todo lo que aquel día te pasó.

Las mismas manos que tomaron la taza de café,
un minuto antes de besarnos, el segundo justo
en que las incertidumbres finalizaron.

martes, 11 de septiembre de 2012

No te voy a conocer

No te voy a conocer en el campo de un recital de rock. No me vas a pedir que te suba a mis hombros de onda, ni nos vamos a cruzar en las oleadas que se producen por el amontonamiento. Hace rato que prefiero los bares chicos, una reserva cerca del escenario y una mesera a mano para pedirle una cerveza y algo de comer mientras escucho cómo cantan.

No te voy a conocer cuando se te rompa el auto. No entiendo nada de mecánica. Radiador, filtro de distribución y bujía son parte de una nebulosa de significados que hacen que mágicamente un coche se mueva. No tengo idea de cómo se cambia un neumático, dónde colocar el cricket, y si supiera, no tengo fuerza en los brazos para desajustar nada.

No te voy a conocer en la pileta de tu club. El agua, en invierno o verano, para mí siempre está fría. Apenas se meter la cabeza bajo el agua y después de dos semanas en Brasil aprendí a hacer el muertito a duras penas. Dicen que, si te movés poco y bien, podés flotar, eso nunca me pasa, cada vez que fui para la parte profunda me terminé ahogando.

(Lo bueno de conocerse tanto es reconocer fácilmente las limitaciones).

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Soy el que...

Soy el que siempre hace cuernitos de rock en el cine cuando aparece Pochoclín.
Soy el que te da un sinónimo cuando no encontrás la palabra para seguir hablando.
Soy el primero que se emborracha en una fiesta. El que habla sin parar hasta marearte.
Soy el que se quedó callado cuando llegaste. El que dejaste plantado en una esquina.

Pero también soy el que atraviesa ventanales para encontrarte. 
El que te dejó los ojos pegados a tu espalda cuando te vio pasar. 
El que se queda pensando en vos durante toda la semana.
El que se va corriendo cuando ve que la cosa se va poniendo seria. 

Soy el que cuando hoy se acueste va a tener 32,
pero que cuando se levante va a comenzar los 33. 
Todos los días, el mismo manojo de contradicciones.

martes, 28 de agosto de 2012

Códigos gastronómicos

Imperdibles desayunos se sirven en La continental (Av. Corrientes 3701). Café con medialunas, jugo, manteca y mermelada por 17 pesos, promoción válida hasta las 11hs. Se aconseja sábado a la mañana, con una compu y un par de diarios y revistas. Un tip: colocarse cerca del mostrador, detrás de la escalera, para poder escuchar cómo los mozos hacen los pedidos de cada mesa.

Si buscás tranquilidad, los atardeceres se ven mejor desde los ventanales de Gratto (Av. Corrientes 3900). Si está lleno, una opción es irte al salón contiguo, que antes era el sector fumadores, pero como nadie lo sabe casi siempre hay lugar. Jugo exprimido de naranja, más alguna masita fina para comer algo dulce, por 23 pesos.

Las mejores empanadas, en sus dos versiones: fritas o al horno, se preparan en Pin Pun (Av. Corrientes 3954). Ideal viernes a la noche, tipo 22:30hs, cuando no tenés ganas de cocinar, y antes de ir para otro lado, es una buena alternativa. También tiene grandes promociones: dos empanadas + cerveza o coca por sólo 20 pesos.


Te dejé opciones específicas para desayuno, merienda y cena (suelo almorzar en casa). Podés sentarte en alguna mesa cercana, acodarte en el mostrador o tocarme el hombro. Mirarme, regalarme una sonrisa o comenzar a hablarme. Después borro este post y le decimos a todo el mundo que nos cruzó el destino.

(Nota: precios y promociones sujetos a modificación). 

martes, 21 de agosto de 2012

Speech de acercamiento

“Tal vez esta sea la única vez que nos veamos. La única chance que tenga en la vida. Tal vez te diga lo mismo que te dicen todos: de qué trabajás, si venís siempre acá, preguntar por tu signo del zodiaco. O no. Tal vez sólo me paro frente a vos para contarte que desde hace rato me angustio viendo como un desfile de chicos rebotan en tu frontón insobornable de indiferencia. Pero, creo, pienso, sospecho, que detrás de esa cara de mala hay todo un mundo para descubrir, si sólo me decís cómo te llamás...”

(Me encantaría decirte esto en un boliche, si no fuera porque el ruido, las luces, la vejez y la timidez me lo impiden).

lunes, 13 de agosto de 2012

Si me llamara Alberto

Si me llamara Alberto estaría todo el día pensando,
en el colectivo, o caminado dentro del ascensor,
en cómo hacer para escribirte la mejor canción.


Si me llamara Alberto sería un tipo más seguro,
te buscaría sin miedo, te cantaría sin temor
que siempre seremos futuro vos y yo.

Si me llamara Alberto iría directo a tu balcón,
con un ejército de cantores me presentaría
para terminar de conquistar tu corazón.


(*Basado en el poema de Br1 Si te llamaras ArmandoMails cruzados de un lunes a la mañana).

viernes, 10 de agosto de 2012

Procedimiento nocturno

Corro apuntes, dvds y libros. Revuelvo, leo y tiro papeles en busca de tu afinador. Voy hacía la esquina a buscarte. Te saco con indiferencia, confiando en la memoria de mi cuerpo, el mismo que desde este último tiempo empezó a tirar cosas, a olvidarse datos y a perder bufandas. Comienzo a buscar el sonido exacto de cada una de tus cuerdas. Abro el atril mientras miro confundido las anotaciones. Golpeo el piso para recordar el tempo y lanzo mi voz junto a tu sonido por todo el monoambiente. 

Sé que falta muchísimo para que mi voz se desgarre en cada nota buscando conmoverte. Para que me mires y sientas que tu vida todavía no empezó. Que no te importe que todo se derrumbe. Que sólo me seguirías a donde voy.

Sé que falta mucho, pero cada noche me siento en un rincón para lograrlo.

jueves, 2 de agosto de 2012

Sin palabras

Te miro. Pienso. Y mientras te miro, pienso en encontrar nuevas maneras de decir lo que siempre te digo. Los sinónimos que me ayuden a ocultar lo que siempre pienso cuando te miro. La fórmula secreta de dar mil vueltas sobre lo mismo. Sobre lo mismo que siempre te escribo. Sobre las ganas de hacer siempre lo mismo.

Te miro. Pienso. Y mientras te miro, sé que esta semana no encontraré la forma de saber cómo decirlo. Entonces, en silencio, sólo te miro.

miércoles, 25 de julio de 2012

Telegrama temporal

Pienso. Dudo. Escribo. Borro. Escribo. Enter:

“Hola”

Cierro los ojos. Pianito con los dedos. Miro de costado. Espero.

“Hola! ¿Todo bien? ¿Qué hacías?”

Color verde. Esperanza. Diego Torres. Conejos corriendo en un prado inglés. Indiferencia:

“Nada, acá, sin planes. ¿Vos?”

Tres minutos y ninguna respuesta.
Perdición. Destrucción. Desolación. Abandono. Olvido. Soledad.
Movimiento del otro lado:

“A full con el laburo”

Felicidad. Casamiento. Perro en el jardín. Compras en el carrefour.
Bebés. Vacaciones en la playa. Nietos. Vejez. Geriátrico. Fin.

martes, 17 de julio de 2012

Esperanzas estadísticas

La ciudad autónoma de Buenos Aires tiene una población actual de 2.891.082 habitantes en una superficie total de 202 kilómetros cuadrados que se encuentran distribuidos en 12.255 manzanas atravesadas por 2.159 calles. Su perímetro es de 60,5 kilómetros con una extensión de norte a sur de 19,4 kilómetros y de este a oeste de 17,9 kilómetros. Aunque se suele hablar de los 100 barrios porteños, se encuentra dividida en 48 barrios y en 15 comunas. Cuenta, además, con un total de 640 plazas y plazoletas. Tiene una densidad de población de 14.867 habitantes por kilómetro cuadrado y su promedio de vida es de 80,2 años en las mujeres y de 72,6 años en los hombres.

Tiene cuatro accesos por autopistas (autopista Buenos Aires - La Plata, autopista Ricchieri, el Acceso Oeste y el Acceso Norte). La red ferroviaria finaliza (o comienza) en cinco terminales ubicadas en diferentes puntos de la ciudad: Retiro, Constitución, Once, Estación Buenos Aires y Estación Lacroze. La recorren 135 líneas de colectivos y cuenta con seis líneas de subterráneos. Todos sus medios de transporte permiten que a diario ingresen un total de 1.600.000 personas que vienen a trabajar, estudiar, o ambas cosas. 

De los casi tres millones de habitantes que viven en Buenos Aires el 54 por ciento son mujeres, el resto, se entiende, son hombres. El 54 por ciento de 2.891.082 es 1.561.184. Un millón quinientos sesenta y un mil ciento ochenta y cuatro mujeres, le descuento un millón para incluir a las mayores, a las que ya conocí, a las que están de novia, a las que están enamoradas, a las mujeres que le gustan las mujeres, a las que me vieron y pensaron inmediatamente “ni en pedo” y a las que son muy chiquitas. Me quedaría quinientos sesenta y un mil ciento ochenta y cuatro. No es un mal número para seguir revolviendo, pienso, mientras fumo y miro la ciudad de noche.

jueves, 12 de julio de 2012

Ansiedad discursiva

“Ahhsicomoteestabapordecirantesdequenosinterrumpieranyotequeríadecirquedesdequeteviaquellavezquenoscruzamosenlacasadetuamigatengoganasyenrealidadnosécómodecirteestoquetequierodecirporqueestuvepensandoypensandoypensandoymedijeledigoloprimeroquesemeocurraenelmomentoperoahoraqueteveotodoesolvidonerviosismoyconfusiónqueríasabersitalvezsitenéstiempositenésganasteníaganasdeinvitarteatomaralgoaunbarquemecontaronqueestabuenísimoquédecísvamos?...”

(Más o menos es así, todo apretado, todo rápido, todo junto, a los apurones y casi sin tomar aire, más o menos así sucede).

lunes, 2 de julio de 2012

Estrategias partidarias

En el campo de juego de la seducción no hay dibujo táctico que me sirva demasiado. No importa si juego con líbero, con tres en el fondo o cuatro en línea. El doble cinco nunca alcanza para contener todos mis miedos. Ni tampoco colocar tres delanteros y dos volantes por afuera, que lleguen tirando centros, me garantizan tu victoria.

Hay partidos que gano cada tanto, muchos que pierdo, pero lo importante es encontrarte con ganas de hacerme partido en la butaca de un cine o en la mesa de un bar. Jugando sin trampas, sin simulaciones, sin discutirle al árbitro. Tocando por abajo, abriendo la cancha, buscando el espacio libre que se genere en algún comentario que me deje ver tu alegría en forma de sonrisa, una luz que me lleve hasta la red de tus abrazos, el arco que guarda todos tus besos.

jueves, 28 de junio de 2012

Maratón urbano

Se abre la puerta del ascensor y salgo a las corridas de la oficina. Nervioso voy hacia la parada, mientras miro fijo la esquina esperando no ver pasar el colectivo, que se lleva mis ilusiones y un montón de asientos vacíos. Bajo a los saltos las escaleras de la estación, maldigo la tardanza del subte, a la ciudad atentando mi camino. Salgo a la avenida, expectante entre la gente, guardo los auriculares en el saco, me acomodo un poco el pelo, abro la puerta del bar, y ahí estás.

sábado, 23 de junio de 2012

De River, como el abuelo*

“¿De qué equipo somos, pá?” preguntamos Tinca y yo cuando éramos chicos. “De River. Nosotros somos de River, como el abuelo”. Desde ahí, te vi salir campeón siempre, grité cada gol frente a mis amigos de Boca en épocas del codificado. Conocí la felicidad con la vaselina de Ricardo Rojas, en el abrazo interminable con Luis cuando Farías metió el tercero y nos tiramos de cabeza en la alfombra del living. Me amargué cuando los números no nos empezaron a cerrar y el abismo se acercaba. Y el día que nos fuimos, mi viejo en pleno colapso, y yo, fumando en el patio, viendo como todo era polvo, mientras Costa Febre se retorcía desde el walkman que cuido como loco para poder escuchar cada partido que jugás. 

Pero hoy, volvemos. Volvemos con la certeza de saber que en las buenas, pero sobre todo en las malas, te vamos a seguir alentando siempre, porque nosotros somos de River... de River, como mi abuelo.


(*No tiene mucha relación con la temática del blog, pero lo escribí y me gustó).

lunes, 18 de junio de 2012

Partidos dormidos

Las gotas golpeaban contra el techo. Los autos iban y venían por la ventana. El viento y el frío atravesaban la calle y nosotros tirados en la cama, el único lugar a salvo un domingo a la tarde.

Dormitabas y yo a tu lado, con el partido de fondo. Me pareció raro que no protestaras, parece que sólo querías estar al lado mío. Cada tanto te despertabas y con unos leves susurros pedías que te prestara atención. Yo volcaba mi mirada hacia vos y te hablaba al oído mientras mimaba tu espalda, todavía no recuerdo cuando fue la última vez que hice eso con ganas. Hasta que en un momento el sueño nos ganó a los dos.

La tarde siguió con su frío y su lluvia. Todo era perfecto. Pero te agarró hambre y te pusiste a llorar. Entonces no me quedó otra que levantarte y llevarte con tu mamá.

miércoles, 13 de junio de 2012

Amores viejos

Se acomodó el sombrero sin prestarle atención a nada. Esperaba de impecable traje azul que el mozo le trajera el desayuno. Pensaba con los ojos cansados a través del vidrio. En ese momento, yo me veía pasar dormido y despeinado por el reflejo de la ventana, como todos los domingos.

¿Cómo seré de viejo? ¿Cómo serás de vieja? Yo, por lo menos, tengo tres certezas. Sordo, por la música que escucho. Gordo, por los asados y ravioladas que no evito. Pelado, por lo que cada día me muestra el espejo. A esta altura sólo espero que me quede algo de movilidad, para ir hasta la plaza, donde estarás perdida entre una maraña de viejas, y yo, lento y destartalado, poder decirte que te extrañaba.

domingo, 3 de junio de 2012

Primera vez

Cuando apenas nos conocimos no puede acercarme demasiado, todo el mundo te hablaba y yo no encontraba la manera de quedarme un rato con vos, para no decirte nada, para sólo mirarte. 

Este finde nos volvimos a ver, pero esta vez fue más fácil, éramos pocos y no había forma de que te escapes, básicamente porque no sabés decir que no, y principalmente, porque todavía no aprendiste a caminar. Recién este sábado pude decir que por fin nos conocimos, porque te llené de besos y te hice ruiditos que todavía no lográs entender bien. 

Ahora sólo resta esperar a que crezcas, tal vez te enseño un par de frases del tipo “sos el tío más lindo del mundo”, tal vez así, en algún pelotero, me ayudás a seducir a alguien.

lunes, 28 de mayo de 2012

Lugares equivocados

En la escalera del subte. En un retraso. En la fila del teatro. En un embotellamiento. En la escala de un aeropuerto. En una confusión telefónica. En una librería. En una fiesta ajena. En una esquina. En un parque. En la casa de tu mejor amiga. En medio de un ensayo. En el carnaval. En el café La continental. De colado en un cumple. Al final de mi canción.

Tantos lugares para encontrarnos y nosotros (tan) desencontrados.

martes, 15 de mayo de 2012

Lluvia administrativa

Llego al trabajo completamente mojado, esquivando baches, baldosas flojas y desamores. Entro por el pasillo rumbo a la oficina, giro sin mirar, los pies ya conocen el recorrido, y de repente, nos chocamos de frente. Decís contenta mi nombre, yo respondo el tuyo como un reflejo. Me das un beso y cara a cara trato de ocultar las evidencias.

Giro sobre mi izquierda para seguir el camino, vos hacés lo mismo.
Giro sobre mi derecha para seguir el camino, vos hacés lo mismo.

“¿Bailamos?” me decís alegre. “Cuando quieras, preferentemente a la noche”  te respondo. Te reíste con alegría y seguiste tu camino, llevándote las gotas de mi campera y toda tu simpatía.

jueves, 3 de mayo de 2012

Tarde de regreso

Cuando la mochila tocó el piso de madera las vacaciones finalizaron.

Viajé, viajé mucho, perdí trenes, amontoné anécdotas, conocí otras verdades, dije las mismas tonterías en otros idiomas. Pero nada se compara con volver a casa, al lugar desde donde todo nace: estas palabras, las nuevas aventuras de ensayos teatrales, los acordes de canciones que espero algún día poder mostrarte.

Fui al banco a cambiar los restos de monedas extranjeras, después al súper para llenar un 12,5% la heladera. Cuando volvía, me di cuenta que las copas de los árboles ya están amarillas por el otoño, mientras estaba envuelto de hojas secas supe que estás por acá dando vueltas, perdida en esta ciudad que ayer me mostró sus primeros, y únicos, fríos.


(Te sigo buscando, el viaje continúa).

viernes, 13 de abril de 2012

En perspectiva

Hace 3 años cuando veías un celular que te gustaba y decidías comprarlo por teléfono, yo me encargaba de cargar la venta en un sistema y mandarlo al correo para que el juguete nuevo llegue a tu casa. Trabajaba en Martínez y desde el ventanal veía como los autos volaban por Panamericana y los aviones frenaban para aterrizar en Aeroparque.

Hace 2 años que redacto y corrijo un catálogo de ventas. Por momentos la paso bien, por momentos me aburro bastante. Trabajo en San Martín y desde el ventanal veo muchas fábricas, la iglesia nuestra señora de Lourdes y la cancha de Chacarita.

Hace menos de un año, en una estación de servicio, de madrugada, dos grandes amigos me convencieron para que me anime a irme de viaje solo.

Hoy, este puñado de frases desubicadas y canciones se va a Europa.

Todavía no entiendo bien cómo pasó esto, porque, mientras escribo, veo la mochila armada junto a los pasajes y el pasaporte. Me cuesta mucho entender cómo pasan algunas cosas, cómo se logran, de qué manera aparece algo que pensás que no podés conquistar. Nunca me quedó bien claro cómo pude irme a vivir solo (ni cómo todavía no morí de hambre por no saber cocinar). Tampoco tengo ni la mínima sospecha de cómo voy hacer para comprarme un auto o una casa. Y también, entre las muchas cosas que no sé cómo van a suceder, esta la pregunta de saber dónde te encontraré.


(Te sigo buscando, el viaje continúa).

martes, 3 de abril de 2012

Peleas callejeras

Ella lo miraba en silencio, con gesto de enojo escuchaba sus explicaciones, era evidente que parecía no creerle. Él abrió los brazos hacia abajo mostrando su fastidio y su cuerpo pareció simular una flecha que señalaba el cielo con ira.

Es interesante notar la postura corporal de una pareja discutiendo: por momentos la quietud y la calma, y de repente, rápidos movimientos de brazos y rostro junto a un mar de reproches.

Pienso que a veces cuando más le prestás atención a una persona es cuando menos la entendés, porque los dos se miraban fijos a los ojos y no podían comprenderse. Pienso que funciona mejor al revés, cuando caminas por la calle, sin rumbo, tomados de la mano, y escuchás (a lo lejos) cómo te cuentan la interna de la oficina y lo yegua que es una de sus compañeras de trabajo, vos vas mirando y pensando en otra cosa, pero sabiendo que juntos están compartiendo algo que es de los dos.

Ellos seguían discutiendo, yo pasé por al lado, decidido a comprarme tres empanadas, mientras que en mis auriculares sonaba come what may y el amor parecía algo más fácil.

martes, 27 de marzo de 2012

Atento base

Desde la semana pasada que estoy viendo por la calle muchas chicas caminando (con celular en mano) y llorando desconsoladamente. ¿Será que es verdad aquello que dicen que después de las vacaciones muchas parejas se separan? Habrá que estar atento, nunca se sabe cuando una oportunidad aparece.

miércoles, 21 de marzo de 2012

El que avisa...

(Sí, ya sé que no te estuve dando pelota, es lo que pasa cuando tenés la cabeza en otras cosas. Cuando te perdés en reservas y horarios de trenes. Falta poco para ir a donde nunca pensé que llegaría. El mismo lugar donde espero poder encontrarte algún día).

jueves, 8 de marzo de 2012

Contrapuntos sentimentales

Quiero tener un novia hippie: que use ojotas o sandalias, que tenga rastas y piercing en la nariz, que use colores chillones en la ropa, que cultive marihuana en el fondo o, en su defecto, cuide con dedicación y cariño su maceta, que ande en bici, que haga malabares con pelotitas en algún semáforo, que le guste Manu Chao y que me lleve a ver bandas desconocidas (integradas por otros hippies).

Quiero tener una novia ejecutiva: que viva de reunión en reunión, que se la pase todo el tiempo retwitteando, que tenga blackberry, que sepa todos los modelos de celulares (de este año y de los lanzamientos del año que viene), que combine zapatos, blusa y aros, que utilice palabras en inglés y que me hable todo el día de las nuevas tendencias de esta temporada.

La verdad es que no sé cómo quiero que seas, porque por ahora ni te imagino. Pero seguramente sabré que sos vos cuando tus ojos se detengan en los míos. 

(Nota: Las definiciones de las palabras “hippie” y “ejecutiva” son utilizadas en un sentido amplio y caprichoso.)

lunes, 5 de marzo de 2012

En la búsqueda

Se ofrece joven de treinta y pico para cubrir una de las siguientes posiciones: filito, amante, novio o esposo. Estado general aceptable, con algunos golpes producto del uso. Inmune a cenas familiares con tías viejas y nenes densos. Resistente a locales de ropa y vidrieras. Tolerante a telenovelas nocturnas. Adaptable a estados de ánimo cambiantes en días previos a la indisposición. Salidas y visitas semanales a convenir. Excelentes condiciones de contratación. Disponibilidad para viajar. Preferentemente que viva sola. Posesivas abstenerse.

Tratar aquí (su consulta no molesta).

jueves, 1 de marzo de 2012

Uno cuatro cinco cero

“Bienvenidos al vuelo uno cuatro cinco cero de Aerolíneas Argentinas. En nombre del comandante y la tripulación les deseamos tengan un agradable vuelo”.

Miraba expectante por la ventana, estaba amaneciendo. No me caen simpáticas las personas que son indiferentes al despegue, que toman el asunto con total normalidad. Las turbinas empezaron a gritar con fuerza y el impulso ganó la pista.

En 40 segundos pude ver cómo toda la cuidad se desplegó ante mí, y cómo con un poco de perspectiva todo se ve tan distinto, todos los caminos que recorro diariamente, todo lo que tardo en llegar se ve tan insignificante y cercano. En ese momento me di cuenta de que en algún lugar de esa maqueta estarás, triste o contenta, todavía no lo sé.

Pensaba en eso cuando el fuselaje giró rápidamente a la izquierda, rumbo a Jujuy.

lunes, 27 de febrero de 2012

Nueva rutina

La suavidad de tu voz ingresó directo a la rutina de mi vida, a las corridas, a los días donde ya no puedo despertarme, donde llego tarde a todos lados, cansado de todo, de tomarme subtes y colectivos para hacer lo mismo que hago todos los días: buscar errores dentro de un papel. 

Tu voz llego para cambiar eso, para que cuando el reloj marque las 17 un nuevo mundo se abra ante mí, ante vos, ante nosotros.

jueves, 16 de febrero de 2012

Instructivo de levante

Evitar las frases grandilocuentes. No mostrar un interés desmedido. Escaparse de los lugares comunes. Ser ocurrente con los chistes. Esquivar la desesperación. Ser estratégico. Usar los silencios. Estar seguro. Darle a entender, sin que se de cuenta, que le di a entender que hoy está linda. Pero principalmente y por sobre todas las cosas... ¡pensar antes de hablar!

(Al final, parecer copado, original y despreocupado en una primera salida es un quilombo).

martes, 14 de febrero de 2012

Convenio de corazones

Hagamos un trato: vos me das tu corazón y yo te presto el mío. Y vamos viendo qué hace cada uno con el corazón que le tocó en suerte.

Yo prometo cuidarlo de dolores y desengaños, invitarlo a conocer lugares lindos, compartir tardes de domingo en otoño (que son las únicas tardes que realmente valen la pena), llevarlo mucho al teatro, cada tanto algún musical (pero que yo sepa que esté bueno, para no saturarlo). Tenerlo en cuenta miércoles y jueves, cuando me empiezan a llegar mails para armar los planes del fin de semana. Cada tanto sorprenderlo con algún ramo de flores y bombones, algo que es muy cursi, pero también clásico, como las películas viejas que tanto me gustan.

¿Y vos? ¿Qué pensás hacer con el mío?

jueves, 9 de febrero de 2012

Panzada de amor

Dejé el pan. Reduje las carnes, regulé las pastas, evité las comilonas. Me hice amigo de las ensaladas. Compré duraznos y uvas. Empecé a entender ese asunto de las calorías y ahora sé qué significa la palabra “tentempié”. Abandoné las charlas de política con el pibe de la rotisería. De la coca semanal pasé a la coca light, de la coca light pasé a cargar botellas de agua todas las noches. Sigo con mis clases de baile y juego miércoles y domingo a la pelota.

Tantas vueltas para nada, la panza sigue ahí, inalterable, indiferente, categórica, insobornable, decidida.

Parece que me vas a tener que querer así, como verás, hice todo lo que estaba a mi alcance.

lunes, 6 de febrero de 2012

Otros dicen

Dicen que para levantarse una mina uno no tiene que hacer nada. Dicen que para levantarse una mina hay que jugarla de indiferente. Dicen que uno no puede hacer nada para gustarle, que la mina antes de cualquier cosa que hagas sabe cómo va a terminar la historia.

Dicen que uno es un buen candidato: 32 años, trabaja, vive solo, no se droga. Dicen que si acepta salir contigo uno tiene que tener una idea clara: no cagarla: no cagar la salida, no decir ninguna animalidad, transitar por los carriles normales de la decencia y las buenas costumbres. Dicen que si la chica en cuestión acepta una segunda salida está todo más que bien.

Dicen, todos dicen, todos parecen tenerla clarísima, pero cuando te veo todo eso me cuesta un huevo.

miércoles, 1 de febrero de 2012

Infierno naranja

Tu falda naranja atravesaba las viejas calles de Buenos Aires, mientras el sol caía y nos cocinaba de calor a las 7 de la tarde. Morir de amor es esto: saber que no importa la temperatura, que no importa haber elegido la camisa (que me puse para esconder la panza) sabiendo que la ciudad a esa hora es un infierno.

No quiero relatar más de todo lo que hicimos aquella tarde, para evitar contar cómo verte era volar por el cielo, cómo en cada pregunta tuya sentía que el mundo se detenía, cómo en cada confesión me sentía un poco más cerca tuyo.

De fondo los actores, las luces, la banda, en primer plano, tu piel eclipsada por los colores, y yo a tu lado, testigo único de tu universo.

lunes, 30 de enero de 2012

Retorno inesperado

Mi plan de negocio es el siguiente: te invito a salir (¡lo que me cuesta invitarte a salir cuando me gustás en serio!) y vos aceptas. Decidís empezar con tu vida de nuevo, dejar atrás las discusiones, el dolor, los reclamos. Y yo sin hacerme demasiadas ilusiones te invito al cine, a comer, nada original. Charlamos, nos conocemos, te hago un par de chistes, me contás un par de cosas interesantes. Te despido, tal vez te robo un beso, quedamos en volver a vernos.  

Los próximos días serán decorados por silencios y evasivas: volviste con tu ex.

Tendría que empezar una pyme, tal vez la pego y me lleno de guita: logro que cualquier pasado desastroso sea mejor que un futuro expectante. Tal vez sea el comienzo de un gran emprendimiento.

viernes, 27 de enero de 2012

Estructuras defectuosas

Te sacaste los anteojos y apoyaste tus cosas en el mostrador. Llenaste la solicitud, dejaste tu documento y el personal de seguridad te dio la tarjeta de visita para que puedas pasar por el molinete cromado. Esperaste el ascensor mirando la limpieza del edificio y los carteles de prohibido fumar. La puerta se abrió, marcaste el piso que te indicaron. Te sorprendió la música funcional (un pop bastante pegajoso), rara para una estructura que se ve tan imponente desde la vereda. 

Llegaste al pasillo y otra puerta te esperaba. Miraste para un lado, miraste para el otro, nadie aparecía. Golpeaste un rato, de nuevo la espera, no te impacientaste, sabías que era hoy o nunca. Te acordaste de la tarjeta de visita, la pasaste por el visor, te denegó el acceso. Pero estabas decidida a no volver a planta baja sola, por eso empezaste a empujar la puerta con fuerza y determinación, inexplicablemente cedió. Te dirigiste a la oficina y entraste sin golpear. 

Uno a uno fuiste superando los obstáculos que te puso mi defectuoso sistema de defensa, y ahora estás acá, enfrente mío, preguntándome con la mirada si me animo a dejar los miedos y tomar la mano que comenzaste a extender, lentamente, hacía mí. 

martes, 24 de enero de 2012

Mesas en la vereda

Comienzo a sentirme viejo, el inevitable paso del tiempo. Hace poco me di cuenta de que los videos musicales están protagonizados por chicos de 20 años (“claro, apuntan al target” pensé). Mientras la soledad, la desesperación, los desencuentros, las ausencias, parecen abrumar el entorno.

Pero es viernes a la noche y tengo reunión de amigos. El plan: pizzería en Villa Urquiza, luego, cervecería artesanal. Me divertí recordando viejas anécdotas, bocetando nuevos proyectos. La pasé muy bien, pero, de pronto, me asaltó una certeza: si salgo a comer con amigos todos los fines de semana, seguro no te encontraré.

Es por eso que escribo esto, porque si te queda cerca y tenés ganas, buscame por las mesas que están en la vereda de cualquier bar, yo estaré ahí, borracho, esperándote.

jueves, 19 de enero de 2012

Ratones constantes

En la serie “Lost” había un personaje que viajaba a través del tiempo, cada salto ponía en riesgo su vida. Alguien le da una solución: debía encontrar su constante, una persona que estuviera tanto en su presente como en su futuro, era la única manera de detener los viajes y así salvar su vida.

Me di cuenta de que yo también tengo mi constante: es el grupo de rock “Los súper ratones”. Las primeras apariciones fueron cuando era chico, un día los vi caminando a los cuatro por Recoleta, iban de negro, cruzaron la calle en silencio. Intercaladamente vi al guitarrista esperando el tren, al bajista discutiendo en el auto con su mujer, al batero entrando a un estacionamiento.

No pasa todo el tiempo, pero cada dos años me cruzo con alguno de ellos. De todos modos sé que no me salvarán la vida, sigo pensando que mi constante sos vos, cuando un día llegues para quedarte toda la vida.