jueves, 8 de marzo de 2012

Contrapuntos sentimentales

Quiero tener un novia hippie: que use ojotas o sandalias, que tenga rastas y piercing en la nariz, que use colores chillones en la ropa, que cultive marihuana en el fondo o, en su defecto, cuide con dedicación y cariño su maceta, que ande en bici, que haga malabares con pelotitas en algún semáforo, que le guste Manu Chao y que me lleve a ver bandas desconocidas (integradas por otros hippies).

Quiero tener una novia ejecutiva: que viva de reunión en reunión, que se la pase todo el tiempo retwitteando, que tenga blackberry, que sepa todos los modelos de celulares (de este año y de los lanzamientos del año que viene), que combine zapatos, blusa y aros, que utilice palabras en inglés y que me hable todo el día de las nuevas tendencias de esta temporada.

La verdad es que no sé cómo quiero que seas, porque por ahora ni te imagino. Pero seguramente sabré que sos vos cuando tus ojos se detengan en los míos. 

(Nota: Las definiciones de las palabras “hippie” y “ejecutiva” son utilizadas en un sentido amplio y caprichoso.)

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