viernes, 16 de noviembre de 2012

Sumando méritos

Una madrugada de invierno volvía de un bar de Palermo. Vi movimientos raros en la despensa que está frente a mi casa. Subí. Me acerqué a la ventana. Era lo que pensaba: estaban robando el negocio. Durante el día lo atiende una pareja joven que vive lejos. Llamé al 911 y di aviso a la policía. Llegaron justo cuando tres tipos estaban metiendo las cosas en el baúl del auto. Tuve que ir a declarar a la comisaría y después al juzgado. Nunca les dije a los dueños que yo había hecho la denuncia.

Una noche de otoño entraba a mi casa. Me crucé en el hall con un papá y su hijo de un año, que intentaba dar sus primeros pasos. El padre, inexperto, lo seguía con la mirada, un poco lejos para mi gusto. De repente, el bebé pierde el equilibrio y se va de espalda. Todavía no sé cómo, tal vez con los reflejos que me quedaron de mi época de arquero de handball, me tiré al piso velozmente y acostado estiré la mano para amortiguar el impacto de su cabecita contra el piso.

Estaba en el chino y era primavera. Compraba un vino para ir a comer con los chicos. Llegué a la caja y pagué con 50 pesos. El oriental me dio el vuelto pensando que le había pagado con 100. Le dije que no, que se estaba equivocando. No me entendió, me quiso dar la plata igual. Me negué otra vez. Se enojó. Medio, medio, que yo también, pero igual no acepté su vuelto. Fastidioso llamó al encargado. Vino el mediador, expliqué la situación por tercera vez y, por suerte, él entendió. El cajero pasó del enojo a la felicidad. No debe estar bueno vivir fuera de tu país y encima no conocer el idioma. Me fui con la convicción de que mis viejos me habían educado bien.


Este año me pasé de ser bueno y atento. A ver si el programa de puntos del cielo me computa todas las buenas acciones y me regala algo lindo* para fin de año y poder disfrutar del verano.

(*Por “algo lindo” entiéndase una chica, de esas que son copadas y te alegran el día).

6 comentarios:

  1. No sé si te van a regalar una chica, pero seguro, seguro que no recibís un carbón jajajajaja.
    Ahora, me quedo pensando en realmente cuantas son las personas que hubieran hecho lo mismo que vos en esas situaciones. La gente anda cada vez mas ocupada mirándose sus propios ombligos.

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  2. jajaja, seguro que cuando menos lo pienses te llega ese lindo regalo. Y mientras tanto, sigue sumando méritos, que sin duda ahí también hay recompensas instantáneas: una sonrisa, un gracias, una mirada...Que tengas un buen fin de semana!

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  3. Una chica ciega estaba por entrar a su casa y al sacar la llave del bolsillo se le cayó un billete. Le toqué el brazo, le dije "Disculpá, se te cayó plata" y se lo di. Pero eran $2. Calculo que el programa de puntos ese debe ser algo más exigente.

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  4. Dejatellevar: Hay de todo en la viña del señor. Igual yo no soy ningún santo jajaja. Saludos!

    Yeka: Tenés razón! Mientras espero se ganan otros regalos instantáneos. Beso!

    Un poco rara: en el programa de puntos del cielo todo sirve para computar. Según me dicen la devolución de 2 pesos computa más puntos que 50 pesos. Saludos!!

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  5. Jajaja, no pedís nada eh...
    Creo que hay veces que uno está justo en el momento y lugar indicados para lo que tenemos que hacer. Por ejemplo, con el nene que se cayó de espaldas. Tal vez el padre no lo registró así, pero en ese momento probablemente le salvaste la vida.
    Saludos!

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  6. Siempre hay que pedir alto y, de ahí, ir bajando en exigencias jajaja. Saludos Julieta!

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