viernes, 29 de agosto de 2014

Preparando la cita

Ya sé que te voy a idealizar un montón. Que te voy a ver hermosa siempre. Que todo lo que te pongas te va a quedar genial. Que todo lo que me digas va a ser interesante. Que en tu sonrisa voy a encontrarle el sentido a muchas cosas.

Ya sé que cuando digas mi nombre por primera vez se me va a detener el corazón. Que cuando llorés no voy a saber qué hacer. Que cuando te reten se me va a estrujar el alma porque sé que no tengo que hacer, ni decir nada.

Todavía falta un poco. Y yo no sé qué voy a hacer hasta que llegues. Tal vez terminar de leer los libros que me faltan. Fumar menos. Correr más. Aprender a cocinar. Escribir más seguido. Afeitarme. Bajar de peso. Cortarme un poco los pelos. Estar lo más presentable posible para el día que nos veamos las caras y pueda verte dormir en silencio.


(*En enero nace mi sobrina y quería dejar registro de la alegría que tuve al enterarme).

jueves, 5 de junio de 2014

Ahí mismo

Nos sentamos en una mesa. Tenía una camisa que me dejaba ver parte de sus pequeños pechos. Tenía linda voz, no sé por qué pero a mí siempre me gustan las chicas con un tono de voz particular, un tono que sea dulce, que de su boca salga la más linda música. Las chicas con voz grave, de fumadoras (como Adriana Varela), no me gustan. Hablé de las cosas que hablo siempre, las que repito en cada salida que tuve estos últimos 5 años. La diferencia estuvo en que no escuché las mismas cosas que escuché estos últimos años. Y eso fue lo que me gustó. Que sea distinta, que me discuta, que me polemice todo, que se ría, que quiera ganarme, que me de ganas de dejarme ganar.

Sintetizando, me gustó, y se lo dije ahí mismo. Ahí mismo donde la besé.

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Lo que no va a ser

No estoy capacitado para montar un show de dos horas y media. Que tengan un hilo conceptual. Que aparezcan muñecos inflables por todos lados. Que el cielo se llene de colores mientras los de seguridad me suben a una combi para salir rumbo al aeropuerto, al avión, a la próxima ciudad.

Nadie me va a correr. Nadie me va a gritar desesperadamente. No habrá fotos mías por todos lados. No firmaré ningún autógrafo, ni daré entrevistas, ni saldré con modelos. No romperé ninguna habitación de hotel. Ni terminaré en un centro de rehabilitación.

Pero no importa, igual está todo bien. 

Prefiero tus ojos sorprendidos mientras toco la guitarra y canto una canción desconocida en alguna reunión. Son tres minutos, con eso sólo me alcanza.

viernes, 22 de noviembre de 2013

A futuro

Si hubiera nacido en el 2530 no me asustaría tanto cada vez que tengo turno con el odontólogo. Las operaciones serían un trámite, no me enfermaría, la vida sería más larga. Viajaría más rápido, sin necesidad de manejar, sólo tendría que programar el destino y esperar, tal vez podría leer, dormir o por la ventana mirar. Europa quedaría más cerca, los fines de semana largos iría a un hostel en la luna y mis vacaciones serían un crucero de quince días por varios planetas de otra galaxia. Tal vez podría vivir en el medio del cielo o practicar mucho de los deportes de los que hoy no tengo sospecha.


Pero no, mejor no. Si hubiese sido así, no hubiera podido estar ayer, justo, a horario, cuando te conocí.

martes, 30 de julio de 2013

Generando el contacto

La miraba atentamente. No se quería perder ni un detalle. Buscaba en sus gestos algo que le permitiera el primer contacto. Algo que genere una excusa. Sus ganas de contarle la vida que hoy tiene. Una vida sin preocupaciones, sin horarios ni responsabilidades. Compartir la inmadurez que vive, disfruta y ni siquiera se cuestiona. Decirle lo poco que sabe, las cosas que fue descubriendo y aquellas de las que tiene una mínima sospecha. Por todo eso me parece que la miraba tan fijamente. Estaría pensando en preguntarle su nombre, dónde vivía, cómo se lleva con su padres. Dónde podrían ir cuando los dejen salir solos. Algo para hacer durante el día.

La miraba muy concentrado y nada parecía distraerlo. No había forma de sacarlo de ese limbo en el que estaba inmerso. Y mirá que yo intentaba sobornarlo con un poco más de sundae de frutilla, pero no, no había caso, a mí tampoco me daba bola.


(Mi sobrino se cuelga cuando ve una nena. No sé a quién habrá salido).

viernes, 19 de julio de 2013

Eso que fue quedando

Cuando le pida frutos del bosque y mouse de chocolate al heladero, cuando responda irónicamente “ponele”, cuando le grite a mis amigos que no se olviden de pedirle fainá al mozo, cuando coloque punto final a todas mis intervenciones virtuales, cuando mire los platos de las otras mesas para tantear las dimensiones de las porciones, cuando me pregunten por qué sé tocar en la guitarra una canción de Abel Pintos, o cuando recomiende un buen lugar para comer el asado más rico de Buenos Aires.

Ahí, justo ahí, vas a encontrar sedimentado tu recuerdo, lo que me dejaste después de conocernos.

miércoles, 10 de julio de 2013

Lo que pensaba

Yo pensé que el amor amor (ese que vos decís: ¡Ay que enamorado estoy!) era despertarnos juntos a la mañana. Tomar té, comer tostadas con queso. Acompañarte hasta la estación. Charlar por teléfono en algún momento del mediodía. Encontrarnos a la tarde. Cocinar a la noche. Lavar los platos mientras te ibas a sacar el maquillaje.

Pensé que era estar juntos todo el tiempo. Viendo qué hacer los fines de semana. Alguna película. Algún cumpleaños. Alguna invitación familiar. Un asado con mis amigos. Una cena con tus amigas. Alguna noche en el museo. Algún viaje a un pueblo desconocido.

Pensé que era sentir tu cabeza dormida en mi hombro. Mi mano jugando sobre tu cintura. Relatarte, emocionado, los últimos dos goles que hice. Escuchar, desde la cama, cómo llovía. Llevarte borracha a tu casa. Algún zapping sin sentido. Pasar las madrugadas de invierno con neblina.


Pero ahora que estoy tranqui comiendo una porción de pizza fría y siento tus brazos rodeando mis piernas. Ahora que bajo la mirada y veo en tus ojos las ganas locas que tenés de que te levante, de que te haga upa un rato, entiendo que estaba equivocado: había otra forma de estar completamente enamorado.