No estoy
capacitado para montar un show de dos horas y media. Que tengan un hilo
conceptual. Que aparezcan muñecos inflables por todos lados. Que el cielo se
llene de colores mientras los de seguridad me suben a una combi para salir
rumbo al aeropuerto, al avión, a la próxima ciudad.
Nadie me va a correr. Nadie me va a gritar
desesperadamente. No habrá fotos mías por todos lados. No firmaré ningún autógrafo,
ni daré entrevistas, ni saldré con modelos. No romperé ninguna habitación de
hotel. Ni terminaré en un centro de rehabilitación.
Pero no importa, igual está todo bien.
Prefiero tus ojos sorprendidos mientras toco la
guitarra y canto una canción desconocida en alguna reunión. Son tres
minutos, con eso sólo me alcanza.