martes, 31 de mayo de 2011

Regalo

La tarde que dediqué a buscar tu regalo
estuvo plagada de distracciones y olvidos.
Pasé por un bazar, al que cuando quise volver, no encontré.
“Sus galletitas favoritas” me repetía una y otra vez,
mientras quiosqueros me negaban sabores y marcas.

Me puse contento cuando vi que una maná de limón,
unas maná rellenas y unas porteñitas
entraban perfectamente en la caja con moño
que te compré sin esperar nada.

Al día siguiente dejé mi prueba de admiración en tu escritorio,
esperando tu llegada, viendo si caías en la red.
“¿Son todas para mí?” me preguntaste sorprendida.
“Sí, como todos mis besos” te respondí sin decirte nada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario