Miraba como el sol reflejaba por todas las paredes blancas de tu casa. Estaba sentado tranquilo en el comedor. Esperando. Eran las 7:35 de la mañana. Miraba para un lado, miraba para el otro. Vi como terminabas de arreglarte para ir a tu trabajo. Yo no tenía apuro en llegar al mío.
Bajamos juntos. Nos despedimos en la vereda.
Caminaba convencido de que todo esto (detalles más, detalles menos) es hacerse grande. Pero mientras me debatía internamente en encontrarle el sentido real a la vida no sabía que esa sería la última vez que te vería.
Son cosas que pasan.
Quien lo iba a decir.
ResponderEliminarSaludos
Aveces miramos al otro pensando que nos va a acompañar mucho más tiempo, pero, si uno se detiene a pensar cinco segundos entiende lo valioso de cada instante. Eso, el mirarla mientras se vestía, definitivamente más adelante será un recuerdo. Sabáto solía decir que uno se da cuenta en el momento exacto donde se está elaborando un recuerdo... y sí, mucha razón tenía.
ResponderEliminarBesos Maldo.
sucede y aunque lo sabemos, no deja de generar ese desazón.
ResponderEliminarMe llenó de nostalgia esta entrada...Abrazo.
Noooo, por qué, qué pasó?
ResponderEliminarLo que no es puede llegar a ser
ResponderEliminarQué difícil es hacerse grande, siempre lo pienso. Yo si hay algo que tengo claro es que no hay que perder el niño que se lleva dentro.
ResponderEliminarMe gusta que el texto no te dice qué pasó, te deja que vos rellenes ese hueco con suposiciones.
Un besito
Es por eso que debemos aprovechar cada instante como si fuera el último de nuestra vida. La teoría está muy arraigada a nosotros pero la práctica?
ResponderEliminar... Si hubiera sabido que esa iba a ser la última tarde que la vería...
Si supiéramos todo lo que va a pasar antes de hacer cada cosa, no podríamos vivir porque nos detendríamos todo el tiempo a evaluar y decidir. Cosas que pasamos, más que que nos pasan.
ResponderEliminarPor lo general nunca sabemos cuando será la última vez, ni siquiera podemos prevenirlo. Muy triste.
ResponderEliminarSaludos.
Que misterios nos depara la vida , estamos aquí, como una flor a la intemperie...
ResponderEliminarUn relato corto, lleno de grandeza.
Un saludo Maldo.
Jaal: Nunca se sabe Jaal, nunca se sabe. Saludos!
ResponderEliminarNere: Genial la referencia a Sabato! Besos!
Yeka: Sucede, es eso, nada más. Besos!
Cindy: Cosas que pasan jajaja. Un beso grande!
Alice: Lo que no es puede llegar a ser (o no ser). Nunca se sabe jaja. Besos!
Eva: ¡Grossa Eva! A mí también me gusta que un texto deje bastante lugar a las suposiciones y que se llene de sentido por parte del lector. ¡Un beso grande!
Brisa: En la práctica uno se la pasa corriendo de acá para allá todos los días. Besote! (A ver cuándo nos vemos!)
Br1: Puede ser Br1, puede ser. Abrazo!
Ohma: Es parte del juego nunca saber cuándo es la última vez, y eso está bueno también.
Stefanía: El adjetivo "grandeza" me llenó de vergüenza. Gracias por tus palabras. Te mando un saludo grande!
Bueno, Cerati anda diciendo que poder decir adiós, es crecer, así que algo de eso debe haber.
ResponderEliminarUn beso.
Molesko: Gracias! Saludos desde Buenos Aires.
ResponderEliminarPanqueca: "Adiós" es un gran tema de Cerati! Besos!
Si supieramos de ante mano muchas cosas la vida perderia su escencia.
ResponderEliminarTe deje premio en mi blog!
Abrazo
http://30ysobrevivi.blogspot.com/