miércoles, 19 de junio de 2013

Un rato (antes)

Llegué a Chacarita y me di cuenta que no llegaba a horario ni a palos. Salí a la vereda, poca gente en la parada, cero registro de algún colectivo. Paré un taxi. Metí el bolso, la mochila con la compu y la guitarra. Curioso, el tachero me preguntó si era músico. Me sonrojé. “No, no, hago lo que puedo, menos de lo que quisiera” respondí. Mientras iba mirando por la ventana apoyé la cara sobre mi mano y me di cuenta que la barba era demasiada. “No puedo ir así” pensé.

Saludé, bajé, abrí, entré, subí, salí, volví a entrar. Dejé toda la procesión de cosas que me acompañan cuando visito a mis viejos. “Pasame bien la dirección, estoy saliendo” escribí, mentí. Me afeité, me bañé, me cambié, volví a salir.

Tuve suerte, el colectivo se veía a lo lejos. “Ok, estoy llegando”  agradecí, volví a mentir. Pagué, me senté y comencé a pensar que vivo haciendo cosas, corriendo, llegando tarde, ocupando el tiempo, viendo qué más me puede llegar a interesar, que era de noche, que estaba fresco y que iba a un cumpleaños donde no conocía a nadie. A veces me canso, y agotado no le encuentro sentido a todo esto, tal vez sería mejor parar. Pero después me digo que entre tanto entrar y salir, subir y bajar, abrir y cerrar, algún día, tal vez, por error u omisión, nos encontremos.

El señor N abrió la puerta. “Perdón por la demora” dije. Nos estrechamos en un cálido abrazo. Se acercó el señor C. Repetimos el proceso. Estabas sentada en un sillón blanco, con una copa de vino en tu mano y dos amigas a cada lado. Todavía no sabía todo lo que iba a pasar, todo lo que iba a empezar a cambiar.

6 comentarios:

  1. Magia del encuentro se transforma en magia de descubrimiento y, eso, dicen, es el sentido de la vida.

    Excelente relato.

    Saludos!

    J.

    ResponderEliminar
  2. ¡Muy bueno! Me encantó.
    Eso sí, me sacan de quicio las personas que dicen "estoy saliendo" cuando todavía ni siquiera se bañaron. Grrrrrr.

    ResponderEliminar
  3. Yo al último párrafo le habría dedicado un capítulo aparte...pero bueno, siempre les dedicas capítulos apartes a los momentos ;)
    Beso!

    ResponderEliminar
  4. jajajajaja

    ese es el gran argumento de los andariegos.

    andamos porque buscamos.

    (guarda, hay que saber adaptarlo después del encuentro)

    ResponderEliminar
  5. José: Coincido plenamente. Abrazo grande!

    M: Gracias! Y sí, esa mentira es un clásico de estos tiempos de celulares. Beso!

    Yeka: Hice el ejercicio de sacarle el último párrafo y ahora pienso que hubiese quedado mucho mejor. Igual creo que siempre escribo, de diferentes formas, el último párrafo. Besos!

    Café: Y cuando se encuentre, andá a saber qué hacemos!! jajaja. Saludos!

    ResponderEliminar
  6. no, claro...

    Tu noción de encuentro es más definitiva que la mía, me parece :P

    ResponderEliminar