El amor es un viaje que siempre termina mal.
A veces parás a cargar nafta y te das cuenta de que no querés viajar más.
A veces te tirás en medio de la ruta y todo sigue andando dos años más.
A veces no le ponés aceite y agua porque no ves la hora de no verla más.
A veces te bajás a comprar cigarrillos y cuando volvés no hay nadie más.
O es ella quien tiene unas ganas terribles de bajarse para no volver más.
La que te acompaña en silencio diciéndote todo lo que no querés escuchar.
La que prepara mate con la mirada perdida en las nubes y en otro lugar.
La que te dice llorando, con sus cosas en la mano, que así no quiere más.
Pero también puede pasar, que el viaje no termine mal, que no termine más.
La que extrañas y valoras cuando ya no la tenes.
ResponderEliminarAunque a veces también en viceversa.
Un beso
Ciertamente que si Maldo...Abrazo!
ResponderEliminarSi el viaje se disfruta definitivamente que no termine más. Pueden bajarse, subirse y ponerle ya sea agua o aceite; lo importante es que sea juntos... :)
ResponderEliminar¡Besos muchacho!
Sólo podría saberlo más adelante.
ResponderEliminarY que el viaje sea eterno no podría ser, también, un problema?
ResponderEliminarSaludos
J.
A veces uno puede salirse del viaje y que se vaya solo.
ResponderEliminarTe sigo Maldo. Te animo a visitar mi blog.
Saludos
Casi es peor, que el viaje no termine mal,que no termine
ResponderEliminarAbrazos
Patricia: Tal cual! Las paradojas de la vida jaja. Saludos!
ResponderEliminarYeka: Gracias por dar fe de la veracidad de lo escrito! Suerte en el estreno!!! Te mando un beso grande!
Nere: 100% de acuerdo. ¡Besos muchacha!
Cindy: Puede ser, puede ser. Se sabe a medida que se avanza. Besos!
José: Uhh! Tenés razón. No lo había pensado jaja. Abrazo!
Jaal: Esa es otra opción viable: seguir camino solo. (Me seguís, te sigo!) Saludos!
Amando: Esperemos que el viaje siempre sea para terminar bien! Abrazo!