Para ser sincero tengo que decirte que siempre me costó. Lo que pasa es que pierdo muy fácil el ritmo, a pesar de que con la guitarra puedo tocar algunas canciones en tres o cuatro tiempos, bah, tocar es una forma de decir, toco más o menos (más menos que más).
Obviamente me pongo nervioso. Creo que el error es pensarlo tanto, darle muchas vueltas en la cabeza y darme cuenta que estoy haciendo todo mal. Que todos me miran, y que aquellos que todavía no lo hicieron son avisados mediante codazos, gestos o disimuladas miradas direccionadoras.
De nada me sirven las pocas clases de danza jazz que tomé, las coreografías que alguna vez aprendí, los básicos de tango que ya olvidé. Y mientras estoy ahí, luchando con las rodillas, discutiendo con mi vergüenza, me pregunto por qué a veces hago tantas cosas sin profundizar nunca en nada.
Definitivamente me faltó haber tomado más vino tinto aquella noche.
Yo hacía lo que podía. A vos, claramente, parecía no importarte.
En medio de la pista seguíamos bailando juntos.
Obviamente me pongo nervioso. Creo que el error es pensarlo tanto, darle muchas vueltas en la cabeza y darme cuenta que estoy haciendo todo mal. Que todos me miran, y que aquellos que todavía no lo hicieron son avisados mediante codazos, gestos o disimuladas miradas direccionadoras.
De nada me sirven las pocas clases de danza jazz que tomé, las coreografías que alguna vez aprendí, los básicos de tango que ya olvidé. Y mientras estoy ahí, luchando con las rodillas, discutiendo con mi vergüenza, me pregunto por qué a veces hago tantas cosas sin profundizar nunca en nada.
Definitivamente me faltó haber tomado más vino tinto aquella noche.
Yo hacía lo que podía. A vos, claramente, parecía no importarte.
En medio de la pista seguíamos bailando juntos.
Y es que lo verdaderamente importante no son la excelencia en los pasos de baile, cualquiera que sea; lo realmente importante es el placer de la compañía.
ResponderEliminar¿De que serviría un/a experto/a en baile si cuando le mires a los ojos no encuentres nunca su ama y su sazón? (lo de sazón me divierte,jeje). Besos!
concuerdo con Yeka.
ResponderEliminarYo me sonrojo por todo, titubeo, me pongo nerviosa.
Bailando soy un desastre, pero a los 17 años me enamoré del tango. Fui a clases y bailar es ahora una de las cosas favoritas de mi vida. Dejo de lado los miedos cuando quien baila conmigo deja de lado los suyos y se suma al "abrazo", se funde contigo.
Creo que a todos nos vendrían bien unos cuantos tangos.. más abrazos, más compases compartidos, más cuidarse para no pisarse, para no invadirse y a la vez para estar más unidos.Ojalá que en la próxima canción encuentres a quien le importe... mientras tanto, a seguir bailando. Beso
Bailando se entiende la gente, dicen.
ResponderEliminarSaludos,
J.
Yeka: Es disfrutar la compañía. También me causa gracia la palabra "sazón" (con "azúcar" me pasa lo mismo). Besos!
ResponderEliminarRomina: ¡A seguir bailando! Tomé un par de clases de tango, pero me retiré, soy poco metódico para algunas cosas. Beso grande!
José: A veces se entiende, a veces no jaja. Abrazo!