martes, 26 de abril de 2011

Picada

Entraste cuando mis ojos
se perdieron en tus rulos,
cuando vi como dejabas
tus cosas para ponerte cómoda.


Mientras tanto mis manos
seguían buscando quesos y manjares.
Mis ganas de fumar hicieron que habláramos,
que me cuentes tus dudas,
de tus días de estudio y trabajo.


Yo te miraba hablar y sólo pude enamorarme.

1 comentario:

  1. Buena elección la de publicar tus pequeñas oraciones y compartirlas con nosotros.

    ResponderEliminar