jueves, 9 de febrero de 2012

Panzada de amor

Dejé el pan. Reduje las carnes, regulé las pastas, evité las comilonas. Me hice amigo de las ensaladas. Compré duraznos y uvas. Empecé a entender ese asunto de las calorías y ahora sé qué significa la palabra “tentempié”. Abandoné las charlas de política con el pibe de la rotisería. De la coca semanal pasé a la coca light, de la coca light pasé a cargar botellas de agua todas las noches. Sigo con mis clases de baile y juego miércoles y domingo a la pelota.

Tantas vueltas para nada, la panza sigue ahí, inalterable, indiferente, categórica, insobornable, decidida.

Parece que me vas a tener que querer así, como verás, hice todo lo que estaba a mi alcance.

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